El Hombre lo hizo primero?

Publicado en por LA BIBLIA

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“SOSPECHO —dijo un biólogo— que no somos tan innovadores como nos imaginamos; simplemente somos repetidores”. Muchas veces los inventores humanos solamente repiten lo que las plantas y los animales han estado haciendo por miles de años. Esta práctica de copiar lo que se ve en los organismos vivos es tan general que ha recibido su propio nombre... biónica.
 Otro científico dice que casi todas las áreas fundamentales de la tecnología humana “han sido abiertas y utilizadas provechosamente por los organismos vivos [...] antes que la mente humana aprendiera a entender y dominar sus funciones”. Es interesante este comentario que añade: “En muchas áreas, la tecnología humana todavía está muy retrasada en comparación con lo que hay en la naturaleza”.
 A medida que usted reflexiona sobre estas complejas aptitudes de las criaturas vivientes que los inventores humanos han intentado copiar, ¿le parece razonable creer que estas hayan llegado a existir simplemente al azar? ¿Y que eso hubiera sucedido, no solamente una vez, sino muchas veces en criaturas no relacionadas entre sí? ¿No pertenecen estos diseños a los tipos de diseños intrincados que la experiencia nos enseña que únicamente pueden ser producto de un diseñador brillante? ¿Cree usted realmente que el azar por sí solo pudiera haber creado aquello para copiar lo cual posteriormente se necesitó a hombres extraordinariamente talentosos? Tenga presente esas preguntas mientras considera los siguientes ejemplos:
 CLIMATIZACIÓN. La tecnología moderna climatiza o acondiciona muchas viviendas. Pero mucho tiempo antes, los termes o comejenes también climatizaban las suyas, y todavía lo hacen. El nido de estos se halla en el centro de un montículo de considerable tamaño. Desde el nido el aire caliente sube a una red de conductos para el aire cerca de la superficie. Allí el aire viciado sale en difusión por los lados porosos, y aire fresco y refrigerante entra y desciende a una cámara para el aire al pie del montículo. Desde allí circula al nido. Algunos montículos tienen en el fondo aberturas por las cuales entra aire fresco, y, cuando el tiempo es caluroso, el agua subterránea que sube se evapora, y así refrigera o refresca el aire. ¿Cómo coordinan sus esfuerzos millones de obreras ciegas para construir estructuras de tan ingenioso diseño? El biólogo Lewis Thomas responde: “La realidad escueta de que manifiestan algo que se asemeja a una inteligencia colectiva es un misterio”.
 ns.jpegAVIONES. A través de los años el diseño de las alas de los aviones ha experimentado constante mejora debido al estudio de las alas de las aves. La curvatura del ala del pájaro da la sustentación que se necesita para vencer la fuerza de la gravedad. Pero cuando se hace que el ala se incline en demasía hacia arriba, se presenta el peligro de perder velocidad. Para evitar esto, en los bordes anteriores de sus alas el ave tiene ciertas filas de plumas que, funcionando como alerones, se levantan mientras la inclinación del ala aumenta (1, 2). Estas mantienen la sustentación al impedir que la corriente principal del aire se separe de la superficie del ala.
 Otro rasgo para controlar la turbulencia y evitar seria pérdida de velocidad que pudiera detener el vuelo es el álula (3), un grupito de plumas que el ave puede levantar como si fueran un dedo pulgar.
 24.gifEn las puntas de las alas de las aves y de los aviones se forman torbellinos, y estos presentan resistencia al avance. Las aves minimizan esto de dos maneras. Algunas, como el vencejo y el albatros, tienen alas largas y delgadas que terminan en puntas pequeñas, y este diseño elimina la mayor parte de los torbellinos. Otras aves, como las grandes rapaces y buitres, tienen alas anchas que pudieran causar grandes torbellinos, pero esto se evita cuando estos pájaros abren, como si fueran dedos, unas plumas de los extremos de sus alas. Esto transforma estos extremos despuntados en varias puntas estrechas que reducen los torbellinos y la resistencia al avance
 Los diseñadores de aviones han adoptado muchos de estos rasgos. La curvatura de las alas da sustentación. Varios alerones y proyecciones sirven para controlar el flujo de aire o sirven como mecanismos de freno. Algunos aviones pequeños combaten la resistencia al avance en la punta de las alas mediante colocar láminas planas a ángulos rectos con la superficie del ala. Sin embargo, las alas de los aviones todavía quedan muy atrás en comparación con las maravillas de ingeniería que se hallan en las alas de las aves.
 ANTICONGELANTES. Los humanos usan glicol como anticongelante en los radiadores de los automóviles. Pero ciertas plantas microscópicas usan el glicerol, que, químicamente, es similar, para no helarse en los lagos antárticos. Esta sustancia también se halla en insectos que sobreviven en temperaturas de 20 grados bajo cero Celsius (4 grados bajo cero Fahrenheit). Hay peces que producen su propio anticongelante, por lo cual pueden vivir en las heladas aguas de la Antártida. Algunos árboles sobreviven en medio de temperaturas de 40 grados bajo cero Celsius (40 grados bajo cero Fahrenheit) debido a que contienen “agua muy pura, sin polvo ni partículas de polvo sobre los cuales puedan formarse cristales de hielo”4.
 RESPIRACIÓN SUBACUÁTICA. Hay personas que se atan depósitos cilíndricos llenos de aire a las espaldas y permanecen hasta una hora bajo el agua. Ciertos insectos llamados ditiscos ejecutan una acción similar más sencillamente, y permanecen más tiempo bajo el agua. El insecto se apodera de una burbuja de aire y se sumerge. La burbuja sirve como pulmón. Toma el dióxido de carbono del insecto y lo difunde en el agua, y toma oxígeno diluido en el agua para que el insecto lo utilice.
 RELOJES. Mucho antes que el hombre usara relojes de sol, en los organismos vivos había relojes que llevaban cuenta del tiempo con exactitud. Cuando la marea baja, unas plantas microscópicas llamadas diatomeas suben a la superficie de la arena húmeda de la playa. Cuando la marea sube, las diatomeas bajan de nuevo y se meten en la arena. Sin embargo, puestas en arena en el laboratorio, donde no hay reflujo ni flujo de la marea, sus relojes todavía las hacen subir y bajar al paso de las mareas. El cangrejo violín adquiere un color más oscuro y sale durante la marea baja, y palidece y regresa a su hoyo durante la marea alta. En el laboratorio, lejos del océano, los cangrejos todavía marcan el tiempo según el cambio de las mareas, haciéndose oscuros y claros según el reflujo y flujo de la marea. Hay aves que pueden navegar por el Sol y las estrellas, que cambian de posición a medida que el tiempo pasa. Estas aves tienen que tener relojes internos para compensar por estos cambios (Jeremías 8:7). En muchas formas de vida, desde plantas microscópicas hasta la gente, millones de relojes internos siguen marcando el tiempo.
 BRÚJULAS. Para el siglo XIII de la era común los hombres empezaron a dar uso a una aguja magnética que flotaba en una fuente llena de agua... una ruda brújula. Pero aquello no era nada nuevo. Hay bacterias que contienen hileras de partículas de magnetita que son precisamente del tamaño correcto para funcionar como una brújula. Estas las guían a sus ambientes preferidos. La magnetita se ha hallado en muchos otros organismos... aves, abejas, mariposas, delfines, moluscos y otros. Los experimentos indican que las palomas mensajeras pueden regresar a sus palomares mediante percibir el campo magnético de la Tierra. Ahora se acepta, por lo general, que una de las maneras como las aves migratorias hallan su camino es mediante las brújulas magnéticas que llevan en la cabeza.
 DESALACIÓN. Los hombres construyen enormes fábricas para desalar el agua de mar. Las plantas llamadas mangles tienen raíces que absorben el agua de mar, pero la filtran por membranas que remueven la sal. Una especie de mangle, Avicennia, utiliza glándulas del envés de sus hojas para librarse de la sal sobrante. Aves marinas, tales como las gaviotas, los pelícanos, los cuervos marinos, los albatros y los petreles beben agua de mar y mediante glándulas en la cabeza remueven el exceso de sal que penetra en su sangre. También los pingüinos o pájaros bobos, las tortugas de mar y las iguanas marinas beben agua salada, pero remueven el exceso de sal.
 ELECTRICIDAD. Unas 500 variedades de peces eléctricos tienen baterías. El siluro eléctrico africano, o raad, puede producir 350 voltios. La raya eléctrica gigantesca del Atlántico del Norte produce pulsaciones de 60 voltios con intensidad de 50 amperios. Las sacudidas producidas por una anguila eléctrica sudamericana se han medido hasta en 886 voltios. “Se sabe de once diferentes familias de peces en que hay especies que tienen órganos eléctricos”, dice un químico5.
 AGRICULTURA Y GANADERÍA. Desde mucho tiempo atrás los hombres han cultivado el terreno y atendido ganado. Pero mucho antes de eso las hormigas parasol atendían huertos. Como alimento, cultivaban hongos en un abono que habían hecho de hojas y de su propio excremento. Algunas hormigas tienen áfidos o pulgones como ganado, los “ordeñan” para obtener de ellos una exudación dulce, y hasta construyen graneros para protegerlos. Las hormigas graneras almacenan semillas en graneros subterráneos (Proverbios 6:6-8). Un escarabajo poda o escamonda las mimosas. Tanto las picas, o liebres silbadoras, como las marmotas cortan, curan y almacenan paja.
 INCUBADORAS. El hombre hace incubadoras para incubar huevos, pero en esto no ha sido el primero. Las tortugas de mar y algunas aves ponen sus huevos en la arena caliente para que incuben. Otras aves ponen sus huevos en las cenizas cálidas de los volcanes con el mismo propósito. A veces los caimanes cubren sus huevos con materia vegetal en descomposición, para producir calor. Pero en esto el macho de un ave llamada leipoa es el perito. Él cava un hoyo grande, lo llena de materia vegetal y lo cubre de arena. La vegetación que se va fermentando calienta el montículo, la leipoa hembra pone un huevo en él cada semana por un espacio de tiempo que puede ascender a seis meses, y durante todo ese tiempo el macho investiga la temperatura metiendo el pico en el montículo. Mediante añadir o quitar arena, hasta en condiciones del tiempo que varían desde debajo del punto de congelación hasta muy calientes, él mantiene su incubadora precisamente a 33 grados Celsius (92 grados Fahrenheit).
 PROPULSIÓN A CHORRO. Hoy, cuando uno viaja en avión, probablemente lo hace en un avión impelido por reacción o propulsión a chorro. Muchos animales también son impelidos por propulsión a chorro, y lo han sido por milenios. Tanto el pulpo como el calamar excelen en esto. Absorben agua que pasa a una cámara especial y entonces, con poderosos músculos, la expelen, lo cual los impele hacia delante. Otras formas que usan la propulsión a chorro son: el nautilo, las vieiras, las aguamares, las larvas de las libélulas y hasta algún plancton oceánico.
 ILUMINACIÓN. A Thomas Edison se atribuye la invención de la bombilla eléctrica. Pero esta no es muy eficaz, puesto que pierde energía en forma de calor. Las luciérnagas logran algo mejor que eso cuando encienden y apagan sus luces. Producen luz fría que no pierde energía. Muchas esponjas, hongos, bacterias y gusanos resplandecen brillantemente. Un gusano, la larva del género Phrixothrix, es como un tren en miniatura que estuviera moviéndose con su “farol” rojo al frente y 11 pares de “ventanas” blancas o de color verde pálido. Muchos peces tienen luces... los anomalópidos, los del género Himantolophus, los mictófidos, los gonostomátidos y un pez que algunos llaman descriptivamente “constelación”, para mencionar algunos. Microorganismos en la resaca oceánica se encienden y brillan por millones.
 PAPEL. Miles de años atrás los egipcios elaboraron el papel. Con todo, no se adelantaron a las avispas ni a los avispones. Estos trabajadores alados mascan madera deteriorada por la intemperie y producen un papel gris con el cual construyen sus lugares de habitación. Los avispones cuelgan de un árbol sus grandes nidos redondos. La cubierta exterior está compuesta de muchas capas de papel resistente, separadas por espacios cerrados, sin ventilación. Esto aísla del calor y del frío al nido tan eficazmente como lo haría una pared de ladrillo de 41 centímetros (16 pulgadas) de espesor.
 MOTOR GIRATORIO. Las bacterias microscópicas precedieron al hombre por miles de años en lo que se refiere a la producción de un motor giratorio. Una bacteria tiene extensiones semejantes a pelos retorcidas en forma de una espiral firme, como un tirabuzón. La bacteria da vuelta a este tirabuzón como si fuera la hélice de un barco, y se impulsa adelante. ¡Hasta puede dar marcha atrás con su “motor”! Pero no se entiende completamente cómo funciona este. Un informe asegura que la bacteria puede lograr velocidades que equivalen a 48 kilómetros (30 millas) por hora, y dice que “en efecto, la naturaleza había inventado la rueda”6. Un investigador llegó a esta conclusión: “Uno de los más fantásticos conceptos de la biología se ha realizado: La naturaleza en realidad ha producido un motor giratorio, completo con acoplamiento, eje giratorio, cojinetes y transmisión giratoria de energía”7.
na.jpeg SONAR. El sonar de los murciélagos y de los delfines es superior a la copia de él que el hombre tiene. En un cuarto oscuro, cruzado por alambres finos extendidos de lado a lado, los murciélagos vuelan sin jamás tocar los alambres. Sus señales sonoras supersónicas rebotan de estos objetos y vuelven a los murciélagos, que entonces utilizan ecolocación, u orientación mediante ecos, para evitarlos. Las marsopas y las ballenas hacen lo mismo en el agua. Los guácharos emplean ecolocación tanto al entrar como al salir de las oscuras cavernas donde anidan, emitiendo sonidos agudos para guiarse.
SUBMARINOS. Hubo muchos submarinos en existencia antes que el hombre inventara los suyos. Los radiolarios, organismos microscópicos, tienen en su protoplasma gotas de aceite mediante las cuales regulan su peso y así suben o bajan en el océano. Los peces difunden gas hacia dentro o hacia fuera de sus vejigas natatorias, y alteran su flotabilidad. El nautilo tiene dentro de su caparazón cámaras de flotación. Al alterar las proporciones de agua y de gas en estas cámaras, regula la profundidad a que se halla. El jibión (el caparazón calizo interno) de la jibia tiene muchas cavidades. Para controlar la flotabilidad, esta criatura parecida a un pulpo bombea agua hacia fuera desde su esqueleto y permite que la cavidad vaciada se llene de gas. Así, las cavidades del jibión funcionan precisamente como los tanques de agua de un submarino.
 TERMÓMETROS. Desde el siglo XVII en adelante los hombres han perfeccionado los termómetros, pero estos son instrumentos rudos al compararlos con algunos que se hallan en la naturaleza. Las antenas del mosquito pueden percibir un cambio de 1⁄300 de un grado Fahrenheit. La serpiente de cascabel tiene a cada lado de su cabeza ciertas fosetas con las cuales puede percibir un cambio de 1⁄600 de un grado Fahrenheit. Una boa constrictor responde en 35 milisegundos a un cambio de calor de una fracción de un grado. Los picos de las aves leipoa y talégalo pueden distinguir diferencias de temperatura de hasta un grado Fahrenheit.
 Todo este copiar de los animales por parte de humanos nos recuerda lo que la Biblia sugiere: “Pregunta a las bestias, y te instruirán; y a las aves del cielo, y te informarán; a los reptiles del suelo, y te darán lecciones; te lo contarán los peces del mar”. (Job 12: 7, 8, Nueva Biblia Española.)
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