Odiado por hacer lo bueno

Publicado en por LA BIBLIA


¿AMAS tú lo que es bueno?—Tanto tú como yo diríamos que sí, ¿no es verdad? Pero, ¿de veras lo amamos tanto que haríamos lo que es bueno aunque otros nos odiaran por ello?—Se necesita valor para hacer eso, ¿verdad?—
¿Crees tú que el Gran Maestro tenía esa clase de valor? ¿Hizo él lo bueno aun cuando otros lo odiaron por ello?—
Muchas veces a la gente le gustaba Jesús por las cosas buenas que hacía. Una vez toda la gente de una ciudad se reunió a la puerta misma de la casa donde él estaba hospedado. Vinieron porque Jesús había estado sanando a los enfermos.—Marcos 1:33.
Pero algunas veces lo que Jesús enseñaba mostraba que la gente no creía la verdad. Entonces, ¿les gustaba a todos oír lo que decía?—¿Estaban dispuestos a cambiar sus creencias?—No todos lo estaban. De hecho, algunos de ellos le mostraron verdadero odio a Jesús porque él dijo la verdad.
Esto sucedió un día en la propia ciudad de Jesús, Nazaret. Jesús entró en la sinagoga. La sinagoga era donde los judíos se reunían.
Jesús se levantó y dio un discurso excelente usando las Escrituras. Al principio a la gente le gustó el discurso. Se asombraron de las hermosas palabras que salían de su boca. Casi no podían creer que éste era el joven que había crecido en la misma ciudad de ellos.
Pero entonces Jesús dijo algo más. Les habló acerca de tiempos en que Dios mostró favor especial a gente que no era judía como ellos. Cuando Jesús dijo eso, los que estaban en la sinagoga se enojaron. ¿Sabes por qué?—
Ellos pensaban que ellos eran los únicos que tenían el favor especial de Dios. Pensaban que eran mejores que otras personas. Así que odiaron a Jesús por lo que dijo. ¿Y sabes lo que trataron de hacerle?—
La Biblia dice: ‘Tomaron a Jesús y lo sacaron con prisa de la ciudad. ¡Lo llevaron hasta el borde de la montaña y lo iban a tirar de allí y matarlo! Pero Jesús se les escapó.’—Lucas 4:16-30.
Si eso te hubiera sucedido a ti, ¿hubieras vuelto alguna vez para hablar a aquellas personas acerca de Dios otra vez?—Para eso se necesitaría valor, ¿verdad?—Pues bien, como un año más tarde Jesús sí volvió a Nazaret. Y la Biblia dice: “Se puso a enseñarles en las sinagogas de ellos.” Jesús no dejó de hablar la verdad por temor a hombres que no le tenían amor a Dios.—Mateo 13:54.
Otro día Jesús se encontraba en un lugar donde había un hombre con una mano seca o tullida. Jesús tenía poder de Dios para curar a aquel hombre. Pero unos hombres que estaban allí estaban tratando de causarle problemas a Jesús. ¿Qué haría el Gran Maestro?—
Primero él mostró lo que era correcto hacer. Preguntó: ‘Si ustedes tuvieran una oveja que cayera en un hoyo grande en sábado, ¿la sacarían?’
Sí, ellos harían eso por una oveja, aun en sábado, el día en que se suponía que descansaran. Así que Jesús dijo: ‘¡Es mejor que eso ayudar a un hombre en sábado, porque un hombre vale más que una oveja!’ ¡Qué claro estaba que Jesús debía ayudar a aquel hombre sanándolo!
Así que Jesús le dijo al hombre que extendiera la mano. ¡Al momento se puso buena como la otra! ¡Qué feliz estaba aquel hombre!
¿Pero qué hay de aquellos otros hombres? ¿Se alegraron ellos?—No. Odiaron a Jesús todavía más. ¡Salieron e hicieron planes para matarlo!—Mateo 12:9-14.
La gente es así hoy. A algunas personas les gusta lo que es correcto. A otras no. Sin importar lo que hagamos, nunca podemos agradar a todas. Por eso tenemos que decidir a quién de veras queremos agradar.
¿A quiénes quieres tener de amigos? ¿Quieres a gente buena como amigos?—¿Quieres que Dios sea tu amigo?—Entonces siempre tienes que hacer lo que es correcto.
Pero si haces lo bueno, ¿le gustarás al Diablo?—Y, ¿quieres tú de veras gustarle al Diablo?—
Al Diablo le gustan algunas personas. La Biblia las llama “el mundo.” “El mundo” se compone de toda la gente que no es seguidora del Gran Maestro. El Gran Maestro dijo: “Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.”—Juan 15:18, 19.
Algunas personas del mundo dicen que creen en Jesús, pero no les enseñan a otros la verdad acerca de Dios, como hizo Jesús. Si les muestras con la Biblia que no están enseñando la verdad, ¿les gustará eso?—No, a la mayoría de ellas no les gustará. Pero quizás encuentres a alguien como aquel hombre de la mano seca. Él agradeció el que Jesús no escondiera la verdad.
Hay muchas personas que sí esconden la verdad. Temen lo que otros piensan. Se preocupan tanto por lo que otras personas quizás digan que durante toda la vida se retraen de hacer lo que ellos saben que es correcto. ¡Qué lástima! Se quedan sin muchísima felicidad en la vida. Y también se quedan sin la aprobación de Dios. No queremos ser así, ¿verdad?.Dios quiere que brillemos.  No todos podemos ser faros, pero cualquiera de nosotros puede ser una velita de sebo.  Una lamparita a veces puede hacer mucho.  El incendio de Chicago se debió a que una vaca, de una patada, volteó una lámpara.  Cien mil personas, como resultado, perdieron sus casas y sus posesiones.  Que no te haga creer Satanás que porque no puedes hacer grandes cosas, no puedes hacer nada. 

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